Después de 63 años de operación, la División Salvador de Codelco cerró su mina subterránea el 31 de diciembre de 2022, marcando el fin de una era y dando paso a una nueva etapa de explotación a cielo abierto con el Proyecto Rajo Inca. Esta iniciativa estratégica de Codelco busca extender la vida útil de la operación por 50 años, con una producción proyectada de 37 ktpd y reservas de 796 millones de toneladas con una ley media de cobre entre 0,5% y 0,65%.
El Proyecto Rajo Inca se consolidó como una de las iniciativas más relevantes de la industria minera en Chile, impulsando la modernización y optimización de la planta concentradora de División Salvador. Esta instalación, con décadas de operación, requirió un proceso de reacondicionamiento integral (overhaul) de sus principales equipos, así como la incorporación de nuevas tecnologías en flotación y remolienda para mejorar la recuperación y eficiencia operativa.
En este contexto, Echeverría Izquierdo Montajes Industriales S.A. (EIMISA) participó en la ejecución de uno de los overhaul más desafiantes del sector, contribuyendo a la modernización y ampliación de la operación en distintas áreas críticas de la planta. Los trabajos abarcaron la mejora y optimización del área seca, la planta concentradora, los espesadores de concentrado y relaves, así como la construcción de nuevas instalaciones, incluyendo la planta Nash, la planta de molibdenita, el área de compresores, la sala de lubricación y la planta de recuperación de agua.
El contrato involucró tanto intervenciones en entornos brownfield como greenfield, con una ejecución de aproximadamente 4.300.000 HH de mano de obra directa, a lo largo de 27 meses, alcanzando un total de 8.000 trabajadores contratados en turnos rotativos.
A lo largo de este proyecto, EIMISA reafirmó su capacidad de ejecución en proyectos de gran escala, destacándose por su experiencia en montaje industrial, seguridad en operaciones y cumplimiento de plazos en un entorno de alta complejidad. Su participación en Rajo Inca representa no solo un hito para la empresa, sino también una contribución clave en la consolidación del futuro productivo de División Salvador y el desarrollo de la minería en Chile.
Datos de contacto de la empresa postulante | |
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Nombre Encargado/a | Claudio Doñez González |
Cargo | Gerente Comercial |
Correo | cdonez@eimontajes.cl |
Antecedentes de la empresa postulante | |
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Cantidad de colaboradores/as | Promedio de personal directo durante 2023 es de 5.334. |
Años de funcionamiento | 26 |
Sucursales | Oficina Central en Chile y Perú |
Tipo de participación de la empresa | Contrato directo con el mandante |
En los aspectos financieros fue un contrato de US$ 250.000.000, que involucró tantas intervenciones en entornos brownfield como greenfield, con una ejecución de aproximadamente 4.300.000 HH de mano de obra directa, a lo largo de 27 meses, alcanzando un total de 8.000 trabajadores contratados en turnos rotativos.
El Proyecto Rajo Inca representó un desafío de gran envergadura, tanto por su complejidad técnica como por la coordinación de múltiples equipos y disciplinas. La modernización de una planta concentradora con más de 60 años de operación, junto con la integración de nuevas tecnologías y procesos, exigió soluciones innovadoras y una gestión altamente especializada.
La clave del éxito fue la sinergia entre equipos multidisciplinarios, que trabajaron de manera coordinada para garantizar la eficiencia operativa y el cumplimiento de los más altos estándares de seguridad. La ampliación del alcance del proyecto y la gestión de interferencias con los sistemas existentes demandaron planificación avanzada y el uso de metodologías de control como Time Impact Analysis, lo que permitió mitigar impactos y optimizar la ejecución sin afectar plazos ni costos.
EIMISA destinó profesionales de primer nivel con amplia trayectoria en minería e industrias afines, conformando unidades de apoyo estratégicas, como Ingeniería de Terreno, encargada de resolver interferencias, y subcontratos especializados en flushing, geodetección y puesta en marcha de equipos. La consolidación de un programa de obra integral fue fundamental para coordinar cada fase del proyecto con precisión, pero, sin duda, el rol más destacado fue el del equipo de prevención de riesgos, que se anticipó a los desafíos operativos, asegurando una ejecución segura y eficiente.
El impacto de este trabajo trascendió la operación misma. EIMISA generó empleo para más de 8.000 trabajadores, impulsando la economía local y regional, gestionando con éxito el relacionamiento con sindicatos y fortaleciendo su presencia en División Salvador. Gracias a los resultados obtenidos, gran parte del equipo técnico sigue participando en nuevos contratos, reafirmando el valor y la capacidad de EIMISA en proyectos de gran escala local y regional, así como un reto en términos de manejo sindical y personas.
El crecimiento del proyecto fue un reflejo de su importancia estratégica. A medida que avanzaban los trabajos, el alcance se amplió significativamente, incorporando nuevas soluciones para optimizar la operación de la planta. Este proceso incluyó el análisis y resolución de interferencias surgidas en terreno, así como la integración de los sistemas existentes con las nuevas tecnologías implementadas, asegurando un funcionamiento armónico y eficiente. Todo esto se desarrolló en estrecha colaboración y consenso con Codelco, reafirmando una gestión alineada con los más altos estándares de la industria.
Para mitigar el impacto en el cronograma de construcción, se implementó la metodología Time Impact Analysis, una herramienta clave para identificar, documentar y gestionar los eventos que influyeron en el desarrollo del proyecto. Gracias a esta estrategia, se actualizaron los programas de trabajo en tiempo real, comparándolos con la versión original para evaluar la magnitud de cada ajuste y optimizar la ejecución sin comprometer los objetivos operacionales.
Asimismo, los hallazgos en terreno derivaron en un aumento sustancial de las cantidades inicialmente previstas, con una variación promedio del 264%. Este crecimiento fue gestionado con eficiencia, asegurando la disponibilidad de recursos y equipos clave para responder con éxito a las nuevas exigencias del proyecto.
Este enfoque de adaptación, innovación y control permitió que el Proyecto Rajo Inca avanzara con solidez, consolidando su impacto positivo en la minería chilena y en el desarrollo del país.
La ejecución del proyecto exigió izajes de estructuras y equipos de gran envergadura, un desafío que EIMISA abordó con precisión, tecnología de vanguardia y una flota de equipos propios de alto tonelaje. Entre las maniobras más destacadas se encuentra la instalación de la celda de flotación de 7,5 toneladas, ejecutada con la grúa torre HC40, una de las más grandes de Chile y parte del parque de equipos propios. Asimismo, se llevó a cabo el montaje de la bomba de impulsión de 6,3 toneladas, garantizando una instalación eficiente y segura.
Además, se desplegó la grúa DEMAG CC 3800-1, un equipo de 700 toneladas de peso con una capacidad de levante de 650 toneladas, ampliable a 850 toneladas, asegurando el montaje preciso de componentes críticos en condiciones de alta complejidad.
El trabajo desarrollado por EIMISA dio empleabilidad a un total de 8.000 trabajadores, teniendo gran relevancia a nivel nacional y especialmente regional, con un gasto total de 4.300.000 HH de mano de obra directa, a lo largo de 27 meses.
Se dio prioridad a la contratación de trabajadores de Chañaral, Salvador, Diego de Almagro, Caldera, Vallenar y localidades cercanas. Para fortalecer esta iniciativa, Codelco proporcionó un listado de personas en búsqueda de empleo, facilitando una conexión directa con las oportunidades laborales en EIMISA. Además, se estableció un canal de comunicación con representantes locales para identificar talentos disponibles, garantizando un proceso de selección equitativo y alineado con las necesidades del proyecto.
Capacitación y certificación: Se implementaron programas de formación en oficios clave para la construcción y el montaje industrial, potenciando la especialización de la mano de obra local y brindando oportunidades laborales sostenibles más allá del proyecto.
EIMISA implementó rigurosos protocolos de seguridad para proteger la vida y salud de sus trabajadores y trabajadoras. Se conformó un equipo especializado en seguridad y salud ocupacional, que brindó apoyo constante en cada actividad, aplicando un enfoque preventivo basado en la anticipación, evaluación y gestión eficiente de los riesgos.
El liderazgo de la línea de mando fue un pilar clave en el éxito del proyecto, promoviendo el empoderamiento del autocuidado y el cuidado mutuo entre los trabajadores a través de sus actividades diarias.
A continuación, se destacan algunas de las iniciativas implementadas, que permitieron consolidar una sólida cultura preventiva en el proyecto:
Campañas comunicacionales: Se desarrollaron diversas campañas de sensibilización sobre temáticas clave, como el uso correcto de EPP, autocuidado, seguridad en el transporte, y prevención de enfermedades profesionales. Estas iniciativas se difundieron mediante charlas, paneles en terreno, televisores y grupos de WhatsApp, fortaleciendo la cultura de seguridad en todos los niveles.
Implementación de tecnología: Se creó una página web de Prevención de Riesgos con acceso a las normas de Codelco, facilitando información de manera rápida y eficiente. Además, se implementaron códigos QR personalizados para cada trabajador, vinculados a su casco de seguridad, que permitían verificar su documentación en tiempo real, incluyendo exámenes médicos, certificaciones y habilitaciones para trabajos específicos, como altura y espacios confinados.
Programas de capacitación continua: Anualmente, se presentó a Codelco VP un programa de capacitación en cumplimiento del Reglamento Especial de Seguridad y Salud Ocupacional (RESSO) para empresas contratistas. Este plan aseguró la formación continua de los trabajadores en seguridad, emergencias ambientales, emergencias industriales, primeros auxilios y prevención de accidentes.
Campañas preventivas focalizadas: A lo largo del proyecto, se realizaron campañas dirigidas a riesgos específicos, como la protección de manos, considerando que es una de las zonas más expuestas en las actividades operativas.
Promoción de salud mental y bienestar laboral: En línea con los pilares de gobernanza de Codelco, se implementaron módulos saludables y programas de difusión para la prevención de riesgos psicosociales. Se promovieron hábitos de higiene del sueño, alimentación saludable y prevención de la fatiga y somnolencia, reforzando el bienestar físico y emocional de los trabajadores.
Gestión del Comité Paritario: Durante la ejecución del proyecto, se conformó un Comité Paritario de Higiene y Seguridad (CPHS), que alcanzó logros destacados, obteniendo la categoría ORO en el Sistema de Acreditación de la Gestión de los Comités Paritarios (SAGECOP) de Mutual de Seguridad. Además, fue reconocido a nivel nacional como la mejor gestión dentro de los proyectos de Codelco VP y galardonado como el mejor comité del Proyecto Rajo Inca.
Seguridad conductual: Se capacitó a observadores conductuales para la identificación de riesgos asociados a los comportamientos en terreno, permitiendo la intervención oportuna y la entrega de orientación por parte del equipo de psicólogos, fomentando mejoras en las prácticas de seguridad.
Gestión de Reducción de Desastres (GRD): Se llevaron a cabo simulacros mensuales orientados a la preparación y respuesta ante emergencias, alineados con la Política de Gestión de Reducción de Desastres, asegurando un alto nivel de preparación en el equipo de trabajo.
Cumplimiento RESSO: En la última auditoría de cumplimiento del Reglamento Especial de Seguridad y Salud Ocupacional (RESSO), el equipo obtuvo un 96% de adherencia a la gestión preventiva, el puntaje más alto alcanzado en la División Salvador y en el Proyecto Rajo Inca VP, respaldando la solidez de la gestión realizada a lo largo del proyecto.
El Proyecto Rajo Inca representa un hito para la industria minera y también el motor de desarrollo para las comunidades de Salvador, Diego de Almagro y la región de Atacama. Desde el inicio, EIMISA asumió un firme compromiso con el entorno, estableciendo un diálogo transparente y promoviendo iniciativas que han fortalecido la integración social y el bienestar local.
Las principales acciones implementadas incluyen:
Empleabilidad local: Se dio prioridad a la contratación de trabajadores de Chañaral, Salvador, Diego de Almagro, Caldera, Vallenar y localidades cercanas. Para fortalecer esta iniciativa, Codelco proporcionó un listado de personas en búsqueda de empleo, facilitando una conexión directa con las oportunidades laborales en EIMISA. Además, se estableció un canal de comunicación con representantes locales para identificar talentos disponibles, garantizando un proceso de selección equitativo y alineado con las necesidades del proyecto.
Capacitación y certificación: Se implementaron programas de formación en oficios clave para la construcción y el montaje industrial, potenciando la especialización de la mano de obra local y brindando oportunidades laborales sostenibles más allá del proyecto.
Fomento de la inclusión femenina: A través de programas de formación y desarrollo profesional implementados por EIMISA, se impulsó la participación de mujeres en roles estratégicos dentro del proyecto, como operadoras, soldadoras y eléctricas, así como en la línea de mando. Este compromiso hizo merecedor a la empresa del premio "Mujer Construye" de la CChC en 2024, marcando un precedente en el sector.
Proyectos comunitarios con impacto directo:
Respeto y valoración de la identidad local: Se mantuvo un enfoque de relacionamiento basado en el respeto por la idiosincrasia y tradiciones de las comunidades, promoviendo un diálogo constructivo y una convivencia armónica.
Vinculación con comunidades indígenas: EIMISA ha trabajado en estrecha colaboración con comunidades indígenas, promoviendo el diálogo y la integración. Un ejemplo de ello fue el encuentro con las comunidades Colla de Chiyagua y Diego de Almagro, donde se fortalecieron lazos, se compartieron experiencias y se brindó apoyo a familias a través de la entrega de insumos esenciales, contribuyendo al bienestar de la comunidad y reforzando el compromiso con un desarrollo inclusivo y respetuoso.
El impacto de EIMISA trasciende la ejecución del proyecto, consolidándose como un agente de desarrollo sostenible para la región. A través de iniciativas concretas, hemos fortalecido la integración social y el bienestar comunitario, generando un valor perdurable que refuerza nuestro compromiso con un crecimiento equitativo y responsable.
En colaboración con Codelco, EIMISA implementó un sólido plan de gestión ambiental en el Proyecto Rajo Inca, asegurando no solo el cumplimiento de la RCA N°19/2020, sino también la integración de prácticas responsables que promueven la sostenibilidad a largo plazo. Estas iniciativas han sido clave para minimizar la huella ecológica del proyecto y fortalecer el compromiso con el desarrollo sostenible de la industria minera en Chile.
Entre las principales acciones implementadas destacan:
Gestión de calidad del aire: Aplicación constante de humectación en caminos y frentes de trabajo para mitigar la emisión de material particulado, mejorando las condiciones ambientales y reduciendo el impacto en comunidades aledañas.
Economía circular y manejo de residuos: Implementación de programas de segregación y reciclaje, con especial énfasis en el reaprovechamiento de botellas plásticas y tapas, destinadas a iniciativas de apoyo a niños con cáncer.
Reducción de emisiones: Inspecciones rigurosas y periódicas a equipos y vehículos para garantizar su óptimo desempeño y minimizar la liberación de gases contaminantes a la atmósfera.
Conservación de flora y fauna: Desarrollo de estrategias de protección para especies endémicas presentes en la zona de influencia del proyecto, asegurando su preservación y mitigando cualquier posible afectación.
Protección del patrimonio arqueológico: Implementación de protocolos para la identificación, resguardo y documentación de hallazgos arqueológicos, en estrecha colaboración con entidades especializadas.
Gestión eficiente del recurso hídrico: Optimización del consumo de agua en los distintos procesos operativos, garantizando un uso responsable y sostenible en una región de alta sensibilidad hídrica.
Concientización y educación ambiental: Desarrollo de campañas de reforestación y jornadas educativas en comunidades locales, promoviendo la participación activa de trabajadores y habitantes en la protección del entorno.
El Proyecto Rajo Inca ejemplifica cómo los grandes proyectos industriales pueden desarrollarse de manera responsable, alineando la excelencia operativa con un compromiso integral hacia la sostenibilidad ambiental y el fortalecimiento de las comunidades, estableciendo un modelo para el futuro de la minería en Chile.
EIMISA impulsó la transformación digital y la incorporación de tecnología avanzada para maximizar la eficiencia y optimizar la ejecución del proyecto. Entre las principales innovaciones implementadas destacan:
Modelación 3D con BIM: Permitió anticipar y reducir interferencias, optimizando la planificación y ejecución de los trabajos.
BodegApp (desarrollo propio de EIMISA): Digitalizó la gestión de materiales, agilizando pedidos y reduciendo tiempos y costos operacionales.
EIMI Planner (desarrollo propio de EIMISA): Plataforma digital que optimizó la planificación y control de obra, complementada con portales web para la gestión de trabajadores.
Metodología Last Planner: Mejoró la gestión de plazos, productividad y logística, asegurando un uso eficiente de los recursos.
Marcación con códigos QR en buses: Facilitó un control preciso de asistencia, optimizando la administración del personal en faena.
Estas iniciativas además de contribuir a la eficiencia operativa marcaron un hito en la digitalización de la industria, estableciendo un nuevo estándar en la gestión de proyectos de gran envergadura.
Desde el estudio del proyecto, EIMISA estableció una estrategia de colaboración con proveedores y contratistas, priorizando la participación de empresas locales y asegurando altos estándares de calidad, eficiencia y cumplimiento normativo. Este enfoque permitió fortalecer el desarrollo económico de la zona, generar empleo y optimizar la cadena de suministro del proyecto.
Al llegar al Proyecto Rajo Inca en noviembre de 2021, se realizó un exhaustivo análisis del mercado local para seleccionar los mejores proveedores en distintas áreas clave:
Transporte de personal: Se evaluaron diversas opciones y, tras un análisis de costos y capacidad operativa, se optó por la empresa Altas Cumbres para el traslado de trabajadores.
Abastecimiento de agua purificada: Se priorizó la contratación de la empresa local Manantial de Inca, garantizando un suministro confiable y de calidad.
Servicios sanitarios: Aunque se consideraron proveedores locales como CADEM, la empresa seleccionada fue Disal (Ambipar) debido a su cumplimiento con los requisitos de acreditación.
Alimentación: Se trabajó con dos restaurantes locales:
Traslado ejecutivo: Para viajes desde y hacia el aeropuerto, se contrató a Jorge Briceño, proveedor oriundo de la zona y reconocido por su servicio eficiente y confiable.
Esta gestión permitió asegurar un abastecimiento oportuno y de calidad para el desarrollo del proyecto, al tiempo que impulsó el crecimiento de proveedores locales, fortaleciendo la economía regional.
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